Viniendo de un país cuya política exterior es en gran medida la política exterior del mundo, la relación entre ideología, cultura y política se hace trascendental para la justificación y connotación de las acciones estadounidenses en del mundo. Cada episodio se enfoca en un tema conflictivo y central para la construcción de identidad y es tratado a profundidad entre el espectáculo de las persecuciones, los planos heredados de viñetas y los poderosos personajes. En el cabezote de X-Men Origins: Wolverine, se acude desesperadamente a la historia para resignificar y rejustificar las identidad y acción norteamericana para el resto del mundo.
Al inicio, el tortuoso siglo XIX. La pérdida, el dolor y el deseo de venganza se convierte en el hecho fundacional. Se descubre la violencia como único medio posible de sobrevivencia y de impartición de justicia: "I didn't mean it - Yes you did, he had it coming", es el diálogo entre los pequeños Victor y James, que descubren su doloroso don y quedan por él condenados al rechzo colectivo. La huida se hace inevitable: "Keep running and don't look back", es la única alternativa para escapar del irresuelto dolor del pasado. Así, la violencia se constituye como única conducta posible y justificada y comienza la carrera de guerra y mal olvido y que construye al héroe norteamericano.
La huida violenta y desesperada de estos infantes canadienses atraviesa la historia norteamericana, a través de las guerras que la definen como nación crisol de naciones y que configuran los factores claves de su líderazgo mundial. La estética de los cuadros quietos cargados de emoción, que evoca a la fotorreportería, mistifica las guerras: la de secesión, fundacional de la nación, en la cual la siempre justificada furia de los héroes entrega sus fuerzas a la causa de la democracia. Luego, la primera guerra mundial, reproducida en su recuerdo más patente y característico, las trincheras, y la segunda guerra mundial, con el emblemático desembarco en normandía, son representadas con un tinte de honor y salvación mundial que justifica la intervención militar y la muerte sin medida. Finalmente, vietnam, la guerra trauma, la que perdió sus justas metas y que debido a su prolongación se convirtió simplemente en la degradación inevitable de los valores guerreros.
En vietnam, el honor y los justos fines abandonan la escena; Victor y James llegan a un límite, y cuando el debilitado honor intenta contener la furia justificada de venganza, ésta sólo declina momentáneamente. La guerra se vuelve irregular y salvaje: el otrora honorable y salvador ejército norteamericano, ejecuta un fusilamiento sobre sus dos mejores soldados. "Wake me when it's over", finaliza magistralmente la introducción a la historia norteamericana; la muerte es un impasse momentáneo, pues siempre habrá una nueva guerra en donde se desfogarán los inevitables impulsos de venganza y muerte, que hará posible seguir existiendo como guerreros y en la cual una memoria de merecida venganza justificará la conducta cada vez menos honorable y cada vez más cuestionada de la milicia norteamericana.
Una vez más, en la realidad de la ciencia ficción, el olvido, la venganza y el cinismo son las únicas posibilidades para que la identidad norteamericana siga existiendo. Es la muerte de la historia y el altruismo como motivación; sólo queda la acción instintiva, guiada por el dolor. El único guerrero posible es aquel sin escrúpulos, que no teme morir por que no muere y que no sabe por que actúa por que su pasado no es digno de recordar.
1 comentario:
Wow! Que buen escrito.
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